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viernes, 22 de febrero de 2013

MARIO

AYUNTAMIENTO DE ELCHE
Certamen de Relatos Cortos de Mujer e Igualdad
8 de Marzo 2012
MARIO
Relato ganador

Me llamo Mario y soy un chico normal y corriente.

Mi historia podría ser parecida a la de cualquier joven de mi edad.

Nací en Elche hace más de 30 años, en una noche de calor y luna llena.

Mis padres eran de un pueblecito del interior de la provincia de Alicante. Allí nacieron, se conocieron y casaron, ¿cómo vinieron a Elche…? esa ya es otra historia…

Los fines de semana íbamos al pueblo, a la casa de mi abuela. Algunos sábados cuando mis padres se iban a cenar con sus amigos, mi abuela y yo nos preparábamos para "nuestra noche de historias y confidencias".

Cuando hacía frío, nos preparábamos una taza de chocolate caliente y encendíamos la chimenea y sin más luz que la que desprendían las llamas, pasábamos las horas charlando junto al cálido fuego.

Las historias que más me gustaban eran las que hablaban de su niñez y juventud, de las travesuras que hacía mi padre de niño, de cómo conoció a mi abuelo, de las dificultades que tuvo que sortear…, pero entre todas estas historias, había una que era mi preferida.

Me contaba que cuando era joven, en el pueblo no tenían médico, el más cercano estaba a 20 kilómetros y para desplazarse no tenían más opción que alguna bicicleta, ir en burro (los que lo tenían) o ir caminando.

Cuando alguna vecina se ponía de parto y no daba tiempo a avisar al médico, las demás mujeres iban a su casa y entre todas la ayudaban.

Mi abuela me relataba con pasión lo que sintió en esos momentos. Lo hermoso que era ayudar a traer a un niño al mundo y la ternura y calidez que sentía al tomar al bebé en brazos y ponerlo en el regazo de la madre.

Ella me contaba y yo soñaba…, quería sentir y experimentar lo que me había relatado mi abuela. Sentía que no había nada más bonito en la tierra, que ayudar a una mujer a dar a luz.

Fui creciendo con esa idea en mi mente, no había otra cosa que deseara con más fuerza. Incluso había investigado por internet y había visto algún documental y leído libros sobre el tema.

Cuando estaba en el instituto, un día tuvimos la visita de un señor con un traje muy elegante, que nos asesoraría y ayudaría con la carrera que quisiéramos estudiar y con como formarnos en el oficio que habíamos elegido.

Todos mis compañeros fueron diciendo lo que habían elegido. Entre nosotros había un futuro ingeniero, un carpintero, dos maestras, un cantante…, cuando llegó mi turno yo dije con convicción "yo quiero ser comadrón"

La clase estalló en carcajadas. Todos se reían y mofaban de mí "¡pero si eso es de chicas!", "¡Mario es mariquiiita…!", canturreaban, hasta al señor del traje le pareció gracioso y me aconsejó que lo pensara bien.

A partir de ese momento todos mis compañeros me llamaban "María"

Para mí fue un duro golpe, ¿por qué no podía ser lo que yo quería? ¿Por qué no me entendían?

Una noche, después de cenar, mi padre se acercó a mi diciéndome que hacía días que me veía triste y preocupado. Me senté junto a él y le conté las charlas que había tenido con la abuela. Le conté cómo me sentía y que creía que esa era mi vocación. Le hablé de la visita del señor del traje a clase, las burlas de mis compañeros…

Mi padre se quedó pensativo durante unos instantes y después de unos segundos me dijo "Mario, no podemos dejarnos llevar por lo que otros piensen u opinen de nuestras decisiones. Lucha por lo que quieres y no permitas que nadie te diga que no puedes conseguirlo. Si tu quieres algo y te esfuerzas por ello, puedes conseguir todo lo que te propongas… y yo te apoyaré en lo que decidas y estaré a tu lado"

Estas palabras tuvieron un gran peso y valor en aquel momento y en otros muchos de mi vida.

Estudié y estudié, hice muchos cursos, talleres y prácticas. Luché por convertir mi sueño en realidad. En el camino, me encontré con muchas personas que pensaban que no podía y que mi decisión no era acertada, pero al final con mucha constancia, esfuerzo y tesón, lo conseguí. Hoy he asistido a mi primer parto. Se llama Noelia y es una preciosa niña de pelo negro.

Lo que he sentido y he experimentado hoy, ha sido muy diferente a lo que yo me esperaba, ha sido mucho mejor y estoy feliz de haberlo podido conseguir.